La principal diferencia entre un lápiz electromagnético (lápiz EM) y un lápiz capacitivo radica en la tecnología subyacente utilizada para su funcionamiento.
Un bolígrafo electromagnético, también conocido como bolígrafo EM, utiliza tecnología de inducción electromagnética. Requiere un digitalizador o una tableta/pantalla activa con sensores integrados para detectar la posición y el movimiento del lápiz. El lápiz emite un campo electromagnético y el digitalizador o la tableta/pantalla utilizan este campo para calcular la ubicación precisa del lápiz. Los bolígrafos EM suelen ofrecer alta precisión, sensibilidad a la presión y exactitud, lo que los hace adecuados para el arte y el diseño digital profesional.
Un lápiz capacitivo se basa en la tecnología táctil capacitiva. Funciona aprovechando las propiedades conductivas de la mano del usuario o un lápiz óptico conductivo para interactuar con la pantalla táctil capacitiva. La pantalla táctil detecta cambios en la carga eléctrica cuando el lápiz o la mano del usuario entran en contacto con ella. Los lápices capacitivos se usan comúnmente con dispositivos de pantalla táctil como teléfonos inteligentes y tabletas. Por lo general, son menos precisos y no ofrecen sensibilidad a la presión en comparación con los bolígrafos EM.
En resumen, un bolígrafo electromagnético utiliza inducción electromagnética para un posicionamiento preciso y sensibilidad a la presión, lo que lo hace ideal para el arte y el diseño profesional. Un lápiz capacitivo, basado en tecnología táctil capacitiva, se basa en la conductividad y se usa principalmente para dispositivos con pantalla táctil, pero carece del mismo nivel de precisión y sensibilidad que un lápiz EM.